Incubadoras y cámaras climáticas

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¿Qué es una incubadora de laboratorio?

Una incubadora de laboratorio es un equipo que sirve para almacenar y acondicionar un ambiente para el mantenimiento de muestras como podrían ser cultivos celulares o microbiológicos.

Su finalidad es regular la temperatura de su interior con tal de garantizar el ambiente ideal para las muestras. Mediante un sistema de calefacción ajustable para corregir la temperatura. El entorno donde se realiza la incubación debe estar controlado para eliminar la presencia de cualquier agente contaminante y garantizar la seguridad y el crecimiento del cultivo.

Existen diferentes tipologías de incubadoras. Cada una con dimensiones y características diferentes en función del tipo y cantidad de las muestras que se van a guardar en su interior. Se pueden encontrar diferentes elementos variables como por ejemplo bloques simples o dobles, modo de agitación, diferentes formas de cámara o diversas tipologías de calefacción.

 

¿Qué incubadora de laboratorio se adapta mejor a mis necesidades?

Como ya hemos visto, hay una larga lista de elementos a considerar. Cuando nos preparamos para adquirir una incubadora de laboratorio, la primera característica en la que pensamos es el tamaño. Es necesario determinar el volumen de cultivos que incubaremos a la hora de elegir nuestra unidad. Del mismo modo, se debe analizar los tipos de muestras con las que vamos a trabajar para precisar qué rango de temperatura, nos puede servir.

La temperatura debe ser constante en todo el espacio interno de nuestra incubadora. Para preservar nuestro cultivo, se suelen encontrar instrumentos de descontaminación, como ciclos de alta temperatura, filtración HEPA o la utilización de filtros antimicrobianos. Por estos mismos motivos, algunas incubadoras poseen puertas de cristal que permiten contemplar nuestras muestras sin poner en peligro la atmósfera que se trata de preservar en el interior. 

 

Tipos de incubadoras de laboratorio

Hay una gran variedad de tipologías de incubadoras de laboratorio. Te mostramos las más comunes:

  • Incubadora estándar: el rango de temperatura es de 80ºC a 100º C.
  • Incubadoras refrigeradas: trabajan a temperaturas cercanas o inferiores a la temperatura ambiente.
  • Incubadoras de dióxido de carbono (CO2): se controla el nivel de CO2 a través de sensores de infrarrojos o de un sensor de conductividad térmica.
  • Incubadoras de agitación. Trabajan siempre en entornos de temperatura regulada.

 

Uso y mantenimiento de la incubadora de laboratorio

Para asegurar un correcto funcionamiento y alargar la vida útil de la incubadora de laboratorio, se debe llevar a cabo un mantenimiento adecuado. Estas prácticas no solo son beneficiosas para el equipo, sino también para los cultivos que se almacenan en su interior y deben de ser constantes.

  1. Colocar la incubadora de laboratorio en el mejor lugar posible. Su adecuada ubicación implica que la exposición a los contaminantes se reduzca notablemente. El lugar ideal no debe de encontrarse en espacios con corrientes de aire, cerca de puertas o de conductos de ventilación. Tampoco puede estar expuesta a la luz solar directa o hallarse en una zona húmeda ni con vibración con el fin de evitar el crecimiento de hongos o perjudicar el desarrollo de nuestros cultivos. La mejor zona es aquella con un ambiente controlado y una gran higiene.
  2. Supervisar la temperatura. La temperatura ideal es 37ºC. Los cambios de temperatura pueden influir negativamente en el crecimiento de nuestros cultivos, por lo que nunca está de más usar sensores con los que medir la temperatura de la sala. Pero también existen otras formas de medir la temperatura, nuestras incubadoras, por ejemplo, disponen de un termómetro digital integrado en la incubadora. De esta forma, se evita abrir y cerrar la incubadora y por lo tanto contribuimos a mantener las condiciones del interior de la cámara.
  3. Control de la humedad y de gases como el CO2.  Cuidar de la humedad y los gases nos garantiza mantener el buen estado de las muestras. Con una humedad baja, el cultivo podría llegar a evaporarse.  El nivel perfecto de humedad se encontraría al rededor del 95% y por ello debemos estar pendientes de que la bandeja de agua de la parte inferior de la incubadora no se seque. En el caso de las incubadoras de CO2, es recomendable mantener unos valores del 5% para preservar el pH constante que ayude al crecimiento óptimo.
  4. Limpieza e higiene. Para evitar la aparición de agentes contaminantes, es esencial mantener una buena desinfección de la unidad. Para ello se debe utilizar guantes al manipular recipientes, cambiar y limpiar la bandeja del agua cada 5-7 días, esterilizar el interior, el exterior y el sistema de ventilado de la máquina y remplazar filtros HEPA dos veces al año si se dispone de ellos.
  5. Calibración de la temperatura. Además de la gestión y el control de la temperatura, también es necesaria la validación y calibración regular de los termómetros. Esto debe hacerse con la temperatura de funcionamiento habitual.

 

Para el mantenimiento óptimo de nuestros cultivos es imprescindible operar en unas condiciones concretas que garanticen su crecimiento ideal. En este contexto, la incubadora de laboratorio es una herramienta esencial para ello. En LabProcess contamos con equipos que garantizan unos resultados de preservación óptimos. Contacta con nosotros para conocer qué incubadora se adapta más a tus necesidades.