PH

Los medidores de pH sirven para determinar los niveles de pH con una alta precisión, a veces directamente en la muestra o a veces requiriendo de alguna técnica de laboratorio más sofisticada para la preparación de la muestra.

Más información

Cat. nº H-238000

Para medir tampones Tris y fosfatos

Electrodo de pH LIQ-GLASS de uso general en disoluciones

Es importante realizar la selección del instrumento de medición del pH (pHmetro) que mejor se adapta a las necesidades que debemos cubrir. Teniendo especial atención sobre el tipo de muestra en la vamos a medir el pH, la temperatura, la viscosidad y la velocidad en que queremos hacer la medición del pH. Estas y otras muchas variables son las que en Labprocess vamos a tener en cuenta cuando te ayudemos a elegir un adecuado pHmetro de bolsillo, un pHmetro portátil o un pHmetro de sobremesa, pues también serán claves para determinar el tipo de electrodo que se requiere para realizar el trabajo de medición.

 

pH: Qué es y cómo medirlo con materiales de laboratorio

El pH es la unidad universal con la que medir el nivel de acidez o de alcalinidad de una solución. Los valores que comprenden esta medición son parte de una escala simplificada en la que el pH sirve para medir la acidez, de la misma forma que el litro hace referencia al volumen, el metro a la longitud y el kilo al peso. Con un pHmetro se puede saber medir el pH en aguas, el pH en la alimentación, el pH de la tierra para la agricultura, entre otras muchas aplicaciones.

Los valores que conforman la escala del pH miden cuál es la cantidad de iones de hidrógeno que forman parte de la solución que se ha analizado. Este nivel de análisis varía entre los valores de 1 y 14; entendiendo 1 como “muy ácido” y 14 como “muy alcalino”. Sin embargo, existe un nivel de equilibrio en esta tabla, el valor de pH 7 y, cuando éste se da, decimos que ese elemento tiene un pH neutro.

Medidor de pH: cuál es el más adecuado para cada tipo de análisis

Los electrodos de pH son igual o más importantes en el momento de la elección de un medidor de pH adecuado para cada aplicación concreta; lo sabemos y queremos ayudarte a elegir el pHmetro y el electrodo apropiado para optimizar tu medición de pH.

Medidor de pH: pHmetro portátil

Los medidores de pH portátiles, ya sean pHmetros analógicos o pHmetros digitales, pueden tener muchas funciones, pero lo más importante a tener en cuenta es que deben ser instrumentos que midan el pH con precisión y velocidad para optimizar los procesos de laboratorio o de medidas de pH en el campo de trabajo. Desde LabProcess hemos contribuido a la creación y mejora de toda la gama de instrumentos de laboratorio XS INSTRUMENTS. Nuestros pHmetros permiten la conexión indistinta de un electrodo digital DHS o de un electrodo analógico, pues queremos que nuestros instrumentos de laboratorio, especialmente los instrumentos de medida de pH sean lo más compatibles posibles con todos los electrodos de pH. Por esta razón los pHmetros XS Instruments cuentan con una tecnología que les permite autodetectar si están trabajando con un electrodo digital DHS o con uno analógico convencional.

Algunos pHmetros del tipo portátil incorporan Datalogger y Software GLP de serie. El Datalogger incorporado permite que las medidas que se realicen en el laboratorio o en el campo queden siempre guardadas en estos instrumentos de medición de pH, por lo que pueden ser recuperadas y tratadas de forma muy fácil en el momento en que se conecta el pHmetro en el PC.

Medidor de pH: pHmetro de sobremesa

Los instrumentos de sobremesa para la medición del pH son los que ofrecen mayor número de variaciones y prestaciones, en cuanto a los diferentes medidores de electroquímica se refiere. Tienen características muy similares a las de los pHmetro portátiles, en cuanto a la detección automática de electrodos de pH digitales o analógicos, pero tienen más prestaciones, especialmente en cuanto a la información que muestran en pantalla: la calibración, el estado del electrodo de pH, nombre de la muestra, usuario, etc.

Dentro del catálogo de medidores de pH de sobremesa de LabProcess encontramos, desde los más básicos sin agitación o con agitador externo, hasta algunos que incorporan un agitador magnético integrado con brazo articulado, otros que tienen una salida directa para impresora, o instrumentos que tienen una entrada USB para conectar un teclado, de forma que se puedan introducir así valores como el nombre del usuario, el nombre o referencia de la muestra de la que se vaya a medir el pH, etc.

Algunos de los pHmetro de sobremesa de LabProcess cuentan con el software GLP DataLink, el cual cumple con la normativa GLP (Good Laboratory Practice) y que permite tener un control exhaustivo de todas las calibraciones y de las mediciones de pH.

Todos los instrumentos de medición de pH cuentan con una entrada para una sonda o sensor de temperatura, pues la temperatura es una variable clave en el momento de medir el pH en cualquier muestra, ya sea en una medición del pH en el agua, medición del pH de la tierra, en la alimentación o en cualquier otra industria.

Algunos electrodos de pH incorporan una sonda de temperatura integrada para la compensación automática de temperatura al medir el pH. En Labprocess recomendamos, siempre que sea posible, que el sensor de temperatura sea una sonda independiente para disminuir el tiempo de estabilización del pH y así poder ahorrar costes a nuestros clientes.

Medidor de pH: pHmetro de bolsillo

Como son muchas las aplicaciones sobre las que se puede hacer una medición de pH, los instrumentos de laboratorio para el profesional de la electroquímica se adaptan a sus necesidades y LabProcess pone a su disposición un completo catálogo de materiales de laboratorio con medidores de pH de bolsillo. Este tipo de productos son imprescindibles para mediciones de pH en los ámbitos de la alimentación, jardinería, growshop, agricultura, acuicultura, hidropónica, y en piscinas y spas.

Funciones de la medida de pH

La medición del pH es una técnica habitual y casi imprescindible en los diferentes ámbitos de trabajo de cualquier laboratorio. Como el tipo de muestra y las condiciones suelen ser muy dispares, se recomienda el uso de distintos medidores de pH según la situación de la muestra o producto que se va a medir.

Cómo medir el pH del agua

En las zonas de aguas contaminadas por vertidos industriales, como ríos y lagos, los niveles de pH son más bajos de lo común por la acción de los ácidos vertidos o incluso por la propia acidificación del CO2. Estas variaciones afectan de forma muy directa a la vida de la flora y fauna acuática, por esta razón el control y la medición del pH en zonas de aguas contaminadas se convierte en una tarea muy importante para la salud y el medio ambiente.

En espacios como los acuarios, se requiere un buen control del pH porque la mayoría de los peces domésticos requieren de un nivel de pH que oscila entre 6,8 y 7,2 pH. Pocas especies soportan unos valores por encima o por debajo de dichos niveles de pH del agua. Si se quiere mantener una buena calidad del agua en un acuario, es imprescindible llevar un control con una medida de pH exhaustiva.

El valor de pH óptimo que debe darse en piscinas se encuentra dentro del rango de 7,2 - 7,8 pH, pues aquí es cuando los desinfectantes, especialmente el cloro, presentan una mayor efectividad. Cuando nos encontramos ante un agua que tiene un nivel de acidez elevado, hablamos de niveles de pH menores a 7,0 pH. En estos casos empieza a producirse una corrosión en aquellos accesorios que forman parte del recinto de la piscina y que están en contacto con su agua; por contra, un agua con un valor de pH demasiado alcalino (que sea mayor a pH 7,8 pH) favorecerá que se formen incrustaciones calcáreas y el cloro perderá efecto desinfectante sobre el agua.

El nivel del pH del agua mineral y agua para la producción de cerveza, vino, zumos, y otras bebidas para el consumo debe ser estable, evitando cualquier cambio, por pequeño que sea, pues pueden ser indicadores de contaminación en alguna de las fuentes o estratos naturales de donde provienen. Por ejemplo, para la producción del vino y de la cerveza, el nivel de pH del agua que se utiliza es muy importante y requiere de un control regular del pH en producción en cada una de las diferentes fases en las que se dé su elaboración. De esta forma se controlan y se consiguen las condiciones favorables para la fermentación de sus componentes, con la finalidad de poder garantizar un producto final para el consumo con unos estándares cualitativos y organolépticos adecuados.

Niveles de pH en la alimentación

Cuando hablamos de alimentos cocinados el valor de pH que deberíamos encontrar es de 4.5 pH, pues es el valor en el que se garantiza la estabilidad del producto a consumir.

En carnes procesadas y embutidos (como longanizas, jamones, chorizo y morcillas) el valor del pH es un importante nivel indicador de las condiciones alimentarias y de salud del animal en el momento en el que ha sido sacrificado; estos deberían encontrarse entre 5.4 y 7.0 pH e indican los valores de una correcta preservación de la carne. A medida que va pasando el tiempo desde el momento en que se obtuvo la pieza, el valor del pH tiende a ir disminuyendo; aquellas carnes con un color más oscuro presentan un nivel de pH más elevado y en el mercado tienen un menor valor debido a que son menos sabrosas.

Para el proceso de fermentación de aceitunas de mesa el cálculo del valor del pH se aplica para el control de la salmuera.

Cuando medimos los niveles de pH en fruta fresca, estos deben encontrarse entre valores de 2.5 y 5.5 pH. Si este es el caso, el alimento conservará sus características y frescor, y se contribuirá a la inhibición de la reproducción de microorganismos. Es el mismo caso que en el análisis de los niveles de pH en la verdura, pues estos deben estar entre un intervalo entre 4.6 y 6.4 pH.

En mermeladas, jarabes y productos caramelizados, los valores de pH del producto final influyen en el tiempo de conservación que se aplica; en mermeladas y jarabes los niveles de pH están en torno a 3.5 pH; en productos caramelizados estos están entre 4.5 y 5.0 pH.

En mayonesas y salsas el valor de pH del producto es una garantía de la seguridad higiénica de estas que responde a su acidez, la cual se regula agregando el jugo de limón o vinagre; de esta forma se alarga su tiempo de conservación.

El valor de pH en la industria láctea supone un indicador de los buenos niveles de conservación de la leche a lo largo de todo su proceso, desde que se obtiene del animal hasta que se llega a la entrega al consumidor final. El valor de pH de la leche no debe ser menor a 6.8 pH, si éste es más bajo podría llegar a darse una posible infección.

En la producción de quesos, nivel de pH de la leche que se utiliza para producirlos se encuentra entre 6.1 – 6.5 pH y 4.1 – 5.3 pH (dependiendo según el tipo de queso que se quiera producir), siendo estos niveles más bajos los óptimos para la elaboración de quesos frescos. De esta misma forma, poder tener un control de los valores de pH durante los procesos de producción de yogur y de mantequilla es también muy importante, pues debe poder asegurarse la buena refrigeración de los productos para la incubación de los fermentos, la cual únicamente puede comenzar cuando el valor del pH logra alcanzar valores alrededor de 4.4 y 4.6 pH.

El pan puede alargar su tiempo de conservación si su pH se encuentra comprendido entre los valores de 4.0 y 5.8 pH; las pastas, por contrario, al contener huevo en su elaboración necesitan tener un pH ácido para su conservación, de forma que se evita la reproducción de microorganismos patógenos.

El pH en la agricultura

  • Las cosechas pueden verse gravemente afectadas si el medio de cultivo no es el adecuado, pudiendo encontrar suelos alcalinos, con niveles de pH más altos de lo recomendable, o suelos ácidos, donde el pH es más bajo.
  • Si los valores del pH del entorno del cultivo son superiores a 6.5 pH, estos pueden llegar a dar problemas respecto a la solubilidad de algunos micronutrientes y nutrientes; si esta situación es continua durante el período de varias semanas y/o meses de cultivo, los canales de riego pueden llegar a padecer obturaciones.
  • En este sentido, el nivel de acidez del tomate en cultivo debe fluctuar entre 4.2 y 4.4 pH, de esta forma se puede llegar a asegurar una estabilidad microbiológica; en ningún caso debe superarse un pH de 4.6 pH.